¿Por Qué Ir A La Iglesia?


Una de las cosas por las cuales estoy muy agradecida es haber podido ir a la iglesia desde que nací. ¡Qué bendición! ¡Me uní a mi familia siendo la más pequeña de cuatro hijos y también la más chiquita de los niños de la iglesia. Los había de todas las edades, tamaños y personalidades. ¡Qué bendición! ¿Ya lo dije antes?
Al crecer, me vinculé profundamente con los miembros de mi iglesia. Creo que es debido a eso que no ir a la iglesia me parece algo imposible de aceptar. Sería como saltarse una comida, ¡y por supuesto que no deseo hacerlo! De modo que siempre me sorprendo de la gente que no asiste por cualquier motivo. Cuando les he preguntado por qué desean quedarse en casa, generalmente me contestan: “No creo que me haya perdido nada importante” o, “no necesito ir a la iglesia para ser cristiano. Puedo estudiar la Biblia en casa.”

Algo Cambiador de Vidas

Es cierto. Usted no tiene que asistir a la iglesia para ser cristiano. Y también es cierto que usted puede estudiar la Biblia en su casa. Así que no existe realmente un argumento. Pero me impresionó lo que mi sobrina Heidi dijo hace algún tiempo en realación a esta pregunta. Estando en un ambiente académico donde muchos estudiantes sienten que se beneficiarían más “descansando en Sábado” en su cama que tratando de no dormirse en la iglesia, le preguntaron por qué siempre iba a la iglesia. Ella simplemente respondió: “Porque quizás escuche algo que cambiará mi vida.”

¿Cree usted que eso podría suceder? Yo lo sé, porque me ha sucedido a mí. Muchas veces. Justo cuando menos lo esperaba, el orador menos probable, uno de los maestros, un niño o la música especial logran tocarme a través de alguna verdad que no habría descubierto quedándome en casa. Algo que transformará mi ser interior. Algo que logrará abastecerme del combustible que necesito para la siguiente semana y para todo lo desconocido que la vida acarrea. Entonces, ¿por qué arriesgarse perdiendo algo cambiador de vidas quedándose en casa, cuando podríamos ser bendecidos en la casa de Dios?

Un día las campanas de la iglesia sonarán en el cielo, anunciándonos el culto y llamando a los santos para reunirnos junto al trono de Dios. ¿Estaremos durmiendo? ¿Nos quedaremos atrás teniendo nuestro propio servicio? Yo no. Planeo estar en la primera banca absorviendo lo más que pueda de la presencia de Dios. Mientras tanto, usted puede encontrarme en la primera banca de mi iglesia. Tal vez lo vea allí. Nunca se sabe si juntos descubramos algo que nos cambie la vida.

“No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25).
______________________________

Por Gwen Simmons, Derechos © 2007

0 comentarios:

Publicar un comentario